Desde que se dio a conocer el lanzamiento de DeepSeek como un chatbot de Inteligencia Artificial creado por China, la industria de la tecnología y la inteligencia artificial se ha tambaleado, tanto que hasta se han visto afectadas empresas estadounidenses, OpenAi por ejemplo, declaró abiertamente que la innovación china había tomado como base a ChatGPT.
Deepseek rápidamente ocupó el número uno de descargas en las tiendas de aplicaciones, pero para Estados Unidos no fueron buenas noticias, la empresa de microchips Nvidia se derrumbó 13% en Wall Street, equivalente a un pérdida de capitalización bursátil de 400.000 millones de dólares.
Los expertos analizan una “sacudida” a las bolsas y la Silicon Valley gracias a un rendimiento muy parecido al de sus competidores estadounidenses. El gigante japonés SoftBank, un inversor clave en un proyecto estadounidense de 500.000 millones de dólares para desarrollar infraestructuras en IA, perdió el lunes más de 8%.
Iniciaron las acusaciones, OpenAI afirma que tiene pruebas para demostrar que DeepSeek utilizó sus modelos patentados para entrenar la inteligencia artificial china, por lo que podrían enfrentar las consecuencias por la violación a la propiedad intelectual. Mientras que DeepSeek denunció un ciberataque a gran escala, por lo que la aplicación de inteligencia artificial (IA) china limitaría temporalmente las inscripciones de usuarios.
Pero ¿Quién esta detrás de la IA de China? El fundador de DeepSeek es Liang Wenfeng, la IA de China se creó en 2023, esta start-up con sede en Hangzhou, en el este de China, aseguró haber gastado solo 5,6 millones de dólares para desarrollar su modelo, una suma muchísimo menor comparada con los miles de millones invertidos por los gigantes estadounidenses.
DeepSeek utiliza código abierto (“open source”). Esto significa que el código de la aplicación es accesible a todos, lo que permite comprender su funcionamiento y modificarlo. Con la IA china puedes hacer básicamente lo mismo que con ChatGPT.
A diferencia de la IA estadounidense, DeepSeek está sujeto a la misma censura que otros chatbots fabricados en China, ya que existen limitaciones en sus interacciones sobre temas políticos. Cuando se le pregunta sobre temas como del presidente Xi Jinping, prefiere evitar el tema y propone “hablar de otra cosa”.