Los rebeldes sirios prosiguieron el sábado su avance relámpago, afirmando que se habían apoderado de la mayor parte del sur del país, mientras las fuerzas gubernamentales se atrincheraban para defender la ciudad de Homs y tratar de salvar el gobierno de 24 años del presidente Bashar al Assad.
Desde la incursión de los rebeldes en Alepo hace una semana, las defensas del gobierno se han desmoronado en todo el país a una velocidad vertiginosa, con los insurgentes apoderándose de una serie de ciudades importantes.
Además de capturar Alepo en el norte, Hama en el centro y Deir al-Zor en el este, los rebeldes afirmaron haber tomado el sur de Quneitra, Deraa y Suweida y avanzado hasta situarse a 50 km de la capital.
Las defensas gubernamentales se centraron en Homs, y la televisión estatal y fuentes militares sirias informaron de ataques aéreos masivos contra posiciones rebeldes y de la llegada de una oleada de refuerzos para atrincherarse en los alrededores de la ciudad.
Mientras tanto, los rebeldes ampliaron su control a casi todo el suroeste y afirmaron haber capturado Sanamayn, en la principal autopista de Damasco a Jordania. El Ejército sirio dijo que se estaba reposicionando, sin reconocer pérdidas territoriales.