
Esto revolucionaría la industria energética mundial, por no mencionar a la automotriz, pues están desarrollando una idea innovadora en la química de baterías en la que mediante el uso de cristal de azufre, podrían obtener una densidad energética mayor, además de una vida útil más prolongada, que es justo de lo que carecen las baterías basadas en azufre.
Para lograr su objetivo Theion logró una primera ronda de financiamiento de 15 millones de euros (casi 16.2 millones de dólares).
Theion aspira a una densidad energética de 1000 Wh/kg, aproximadamente el triple de la de las celdas de níquel-manganeso-cobalto (NMC), del tipo que se utilizan en el Tesla Cybertruck. Esta densidad energética permitiría celdas mucho más ligeras sin sacrificar autonomía, o incluso una mayor autonomía con el mismo volumen.
La fórmula de Theion no utiliza níquel ni cobalto por lo que reduciría dramáticamente el impacto ambiental de sus baterías. Pero no solo la eficiencia y la vida útil se verían afectados, sino que el costo sería menor en al menos un tercio en comparación con las celdas actuales. Lo anterior se debe a la gran abundancia de azufre en nuestro planeta, por lo que se echaría mano de una materia prima mucho más barata que la actual.
La vida útil óptima para que esta batería sea comercialmente viable es de 1000 ciclos de carga/descarga, objetivo que se está trabajando actualmente mejorando celdas de 500 Wh/kg a 500 ciclos.
La investigación sobre baterías de litio-azufre para vehículos eléctricos ya lleva poco menos de una década, y ya se ha anunciado su impresionante capacidad para aumentar la autonomía de los vehículos eléctricos, sin tener avances igual de impresionantes.
Cabe señalar que Stellantis se asoció con dos startups, Lyten y Zeta Energy, que aspiran a hacer viable esta tecnología, posiblemente para finales de la década. Al menos quedan 10 años para ver avances reales y poder incorporar las baterías basadas en azufre para vehículos de producción.