La declaración del presidente Donald Trump sobre el “cierre total” del espacio aéreo sobre y alrededor de Venezuela ha desatado una nueva escalada en las ya tensas relaciones entre Estados Unidos y el país sudamericano. Este 4 de diciembre, la plataforma Flight Radar muestra casi nula actividad sobre el espacio aéreo venezolano.
Esta medida, anunciada a través de redes sociales, ha generado confusión y preocupación en la aviación internacional, provocando la suspensión de vuelos por parte de varias aerolíneas y una enérgica respuesta de Caracas, en un contexto de creciente actividad militar estadounidense en el Caribe y acusaciones de narcotráfico.
A finales de noviembre de 2025, el presidente Donald Trump publicó en Truth Social que “todas las aerolíneas, pilotos, narcotraficantes y traficantes de personas” deberían considerar el espacio aéreo sobre y alrededor de Venezuela “cerrado en su totalidad”. Esta declaración, que no fue acompañada de un instrumento legal o directiva operativa, generó de inmediato interrogantes sobre su legalidad y alcance.
Expertos en derecho internacional y la propia Convención de Chicago de 1944, que rige la aviación global, establecen que cada país tiene soberanía “completa y exclusiva” sobre su propio espacio aéreo. Esto significa que, legalmente, solo Venezuela puede cerrar su espacio aéreo.



