10 noviembre, 2025

Los republicanos del Senado rompen la resistencia demócrata 

Pasaban 39 días y 20 horas desde el inicio del cierre parcial del Gobierno más largo de la historia de Estados Unidos cuando la chispa del acuerdo prendió en el Capitolio. Fue al filo de las 19:00 de este domingo, con las primeras noticias de que demócratas y republicanos habían llegado a un principio de entendimiento en el Senado para reabrir el grifo de la financiación de la Administración federal, cerrado desde el 1 de octubre.

Tras 14 votaciones fallidas, una nueva propuesta —presentada horas antes por los republicanos de la Cámara alta, con su líder, John Thune, a la cabeza— logró convencer a ocho senadores rivales, entre los que se encontraban los negociadores: Tim Kaine (Virginia), Angus King (Maine) y Jeanne Saheen y Maggie Hassan (Nuevo Hampshire). Con ellos, la bancada conservadora (que tiene 53 escaños y un disidente, el veterano Rand Paul, de Kentucky) sumaba así los 60 votos necesarios para conquistar la mayoría cualificada exigida por las reglas del filibusterismo del Senado para sacar adelante decisiones de calado; por ejemplo, las presupuestarias.

Ese acuerdo no es aún la última parada de la travesía de eso que los familiarizados con la jerga de Washington llaman shutdown, y que en esta ocasión ha provocado la suspensión del programa de cupones de alimentos para millones de personas necesitadas, empujado a miles de funcionarios, privados de sus sueldos, a las colas del hambre y sembrado el caos en aeropuertos por todo el país. Se trata más bien del principio del final del cierre.

Aún quedaban tres votaciones extraordinarias en la Cámara alta antes del final de una jornada que normalmente es de descanso en el Capitolio, pero que este domingo hizo una excepción dadas las circunstancias. Después, el pacto viajará a la Cámara de Representantes para su ratificación y la posterior firma del presidente, Donald Trump. Ese proceso puede durar varios días.

El acuerdo, cuyos detalles aún no están del todo claros, garantiza la financiación de la Administración federal hasta el 30 de enero. Entonces, si persiste la falta de sintonía entre ambos partidos, la pelea podría volver al punto de partida y provocar un nuevo cierre.

El proyecto presupuestario incluye una disposición con un punto que los demócratas buscaban: la readmisión de los empleados federales despedidos durante el cierre, y la garantía de que no habrá más ajustes masivos de plantilla hasta finales de enero. También destierra la amenaza lanzada por Trump de que los funcionarios no recibirían, como es costumbre, el pago retroactivo por los salarios no ingresados durante estos 40 días. Y financia el programa de cupones de alimentos hasta finales de 2026.

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