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Con jonrones decisivos del venezolano Miguel Rojas y de Will Smith, los Dodgers de Los Ángeles consiguieron este sábado un dramático triunfo 5-4 en la undécima entrada ante los Azulejos de Toronto, resultado que les permitió revalidar el título de la Serie Mundial. El conjunto liderado por Shohei Ohtani se impuso en la eliminatoria por un global de 4-3 y se convirtió en el primer bicampeón de las Grandes Ligas desde el tricampeonato de los Yankees de Nueva York entre 1998 y 2000.
La serie, una de las más emocionantes de los últimos años, se definió en extra innings luego de que Toronto dejara escapar una ventaja de 4-2. A dos outs de la derrota, el venezolano Miguel Rojas igualó la pizarra con un cuadrangular que revivió a los angelinos y arruinó el sueño canadiense de conquistar su primera corona desde 1993. “No buscaba batear un jonrón”, confesó el pelotero. “Es el primero que conecto ante un lanzador derecho en todo el año, y llegó en el momento más importante de mi vida y mi carrera”.
El encuentro comenzó con un ambiente eléctrico en el Rogers Center, donde más de 45 000 aficionados alentaron a su equipo con la esperanza de presenciar una consagración histórica. Shohei Ohtani abrió el juego con escaso descanso, pero fue castigado por Bo Bichette con un jonrón de tres carreras que adelantó a los Azulejos. Tras permitir cinco hits, el japonés fue retirado del montículo, dejando en evidencia el cansancio acumulado de una serie extenuante.
El duelo siguió al límite hasta que un jonrón de Max Muncy acercó a los Dodgers 4-3, preparando el terreno para el golpe final. En la novena entrada, y con Toronto a solo dos outs del título, Rojas volvió a aparecer con su batazo salvador. Luego, el propio venezolano protagonizó una jugada defensiva crucial, junto a una atrapada espectacular del cubano Andy Pages, que impidió el triunfo canadiense y llevó el partido a los extra innings.
En la undécima entrada, Yoshinobu Yamamoto, que había lanzado menos de 24 horas antes, contuvo a la ofensiva local con una actuación impecable. Poco después, Will Smith conectó el cuadrangular definitivo que selló la victoria y el bicampeonato de los Dodgers, consolidando su lugar como una de las dinastías más dominantes del béisbol moderno.
