Profundamente personal pero a la vez sometido a escrutinio público, el cabello se sitúa en el límite entre la biología y la identidad. Pocos atributos están tan ligados a la cultura, la belleza y la expresión como las hebras que enmarcan nuestros rostros y salpican nuestra piel.
Tienes unos 100.000 folículos pilosos en el cuero cabelludo y muchos más por todo el cuerpo, dijo Maksim Plikus, biólogo celular de la Universidad de California en Irvine. Cada uno de ellos es como una impresora 3D, dijo, que alberga un mechón de pelo en crecimiento y el pigmento que le da color.
Estos mechones están hechos principalmente de queratina, una proteína resistente que también se encuentra en las uñas. Pero son mucho más que materia muerta; el pelo es una maravilla de la biología, que sirve de sensor para tu cerebro y de archivo de los secretos de tu cuerpo.
Hemos preguntado a los expertos lo que todo el mundo debería saber sobre el pelo.
Dentro de tus folículos pilosos hay un zoológico microbiano, repleto de bacterias, virus y hongos, dijo Ralf Paus, dermatólogo de la Universidad de Miami. Aunque hayas oído hablar del microbioma intestinal, también tienes un microbioma capilar, que desplaza a los gérmenes nocivos, reduciendo el riesgo de infecciones. Los microbios del interior de los folículos pilosos pueden incluso ayudar a que crezca el pelo y mejorar su color, dijo Paus.
Cuando te haces rasguños, cortes u otras heridas leves, el pelo también ayuda a curar estas heridas. Concretamente, tu cuerpo moviliza células madre del interior de los folículos pilosos para que migren a la herida y se transformen en nuevas células cutáneas, dijo Plikus. “Cuando la herida se cura, las células madre vuelven a su trabajo diario de hacer crecer el pelo”, añadió.
Tus folículos pilosos son como detectores de movimiento para tu cerebro, envueltos en terminaciones nerviosas que se disparan al menor roce o brisa, dijo Angela Christiano, genetista molecular que estudia los trastornos capilares en Columbia. Por ejemplo, si un insecto se acerca a tus ojos, tus pestañas lo perciben y, por reflejo, activan un parpadeo.
Los vellos de la piel tienen nervios que alimentan los centros emocionales del cerebro, por eso una caricia suave o que alguien te acaricie el pelo puede resultar agradable. Por el contrario, depilarse las cejas con pinzas o con cera es bastante doloroso, ya que estás arrancando el pelo del folículo, mientras que un afeitado solo se siente levemente, ya que el pelo se corta por encima de la superficie de la piel.
Quizá resulte sorprendente que los folículos pilosos también contengan receptores de olor y sabor amargo que parecen influir en el crecimiento del vello, dijo Paus. Los primeros datos sugieren que ciertas fragancias parecen estimular el crecimiento del vello, mientras que otras podrían inhibirlo, aunque se necesita más investigación.



