
Las fuerzas rusas dañaron la infraestructura ucraniana de energía y gas durante la noche en su primer gran ataque con misiles desde que Estados Unidos detuvo el intercambio de inteligencia con Ucrania, acumulando presión sobre Kiev mientras Washington busca un final rápido a la guerra.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, buscando apuntalar el apoyo occidental a su país tras el pivote diplomático de Trump hacia Moscú, pidió una tregua que cubra aire y mar, aunque no tropas terrestres, una idea planteada por primera vez por Francia.
“Los primeros pasos para establecer una paz real deben ser obligar a la única fuente de esta guerra, Rusia, a detener tales ataques”, dijo Zelenski en la aplicación de mensajería Telegram, en respuesta al ataque con misiles durante la noche.
La fuerza aérea ucraniana dijo que Rusia había disparado una salva de 67 misiles y 194 drones en el ataque nocturno y añadió que había derribado 34 misiles y 100 drones.
Las autoridades regionales, desde la ciudad nororiental de Járkov hasta la occidental de Ternópil, informaron de daños en infraestructuras energéticas y de otro tipo. Ocho personas resultaron heridas en Járkov y otras dos, entre ellas un niño, en Poltava, según las autoridades.