Los Juegos Olímpicos han sido históricamente una gran oportunidad para conocer disciplinas que no siempre son familiares para el público en general.
Los aficionados y, sobre todo, los más jóvenes no recuerdan algunos eventos que durante muchas ediciones –tanto de los Juegos de Verano como de Invierno– formaron parte del programa olímpico sin ser competencias de carácter oficial.
Con Milano Cortina 2026 cada vez más cerca, ya que este 18 de diciembre se marcan 50 días para su comienzo, es la oportunidad perfecta para repasar todas las curiosidades de los deportes de exhibición. Aunque varios fueron oficiales en algún momento, hoy ya no existen en los Juegos Olímpicos de Invierno.
La patrulla militar es considerada el antecedente directo del biatlón moderno.
Formó parte del programa oficial en los Juegos Olímpicos de Invierno de Chamonix 1924, la primera edición de la historia. En aquella ocasión, la prueba fue exclusivamente masculina y el podio estuvo compuesto por Suiza, Finlandia y Francia.
Precisamente en 1924, el francés Camille Mandrillon fue el encargado de decir el juramento olímpico en nombre de todos los atletas. Después, ganó la medalla de bronce representando a su país.
La patrulla militar volvió a aparecer en St. Moritz 1928, Garmisch-Partenkirchen 1936 y St. Moritz 1948, aunque ya únicamente como disciplina de exhibición. La prueba se disputaba por equipos de cuatro hombres: un oficial, un suboficial y dos soldados.
El oficial era el único que portaba pistola en lugar de rifle, aunque no participaba en tiro. El recorrido debía tener un desnivel total de entre 500 y 1.200 metros. En esencia, la disciplina combinaba esquí de fondo, esquí de montaña y tiro.
Durante el recorrido se colocaba un blanco a una distancia de 50 metros. Finalmente, el biatlón sustituyó oficialmente a la patrulla militar en Squaw Valley 1960 y se mantiene en el programa olímpico hasta la actualidad.



