11 diciembre, 2025

Abre el Munae sus puertas a voces que llegan desde la raíz de los pueblos

su Soñó que el hilo se rompía II (2022), de Argelina Matus Martínez, e instalación Ciwameh iwan Citlalimeh (Mujeres y estrellas) (2025), de Rosa Laura Tezoco, obras incluidas en la muestra Grabadoras de historias: Mujeres en la gráfica de los pueblos de México.

Alrededor de 140 creadoras de diversos estados de la República comparten sus saberes, los espacios que habitan, su comprensión del cuerpo, la naturaleza, la migración, la organización, así como la sexualidad, en la exposición Grabadoras de historias: Mujeres en la gráfica de los pueblos de México, que se inauguró ayer en el Museo Nacional de la Estampa (Munae).

El recinto, que el próximo año cumplirá cuatro décadas de coleccionar, preservar, investigar y difundir el patrimonio nacional e internacional adscrito a las disciplinas del grabado y la estampa, con esta exhibición se suma a las actividades enmarcadas en el Año de la Mujer Indígena y Afrodescendiente que el gobierno emprendió en 2025.

El director del Munae, Emilio Payán, indicó que Grabadoras de historias, además de visibilizar el trabajo creativo de las mujeres, “es un acto de justicia por todo lo que han sufrido y todo lo que han vivido las comunidades indígenas en México. Aquí hay instalación, textil, gráfica, grabado sobre linóleo, además de metal y cerámica.

“Es relevante que estén representadas las técnicas del grabado, pero es más importante lo que dice cada estampa. Es un pendiente que teníamos con las mujeres grabadoras y es un acto para que estén presentes y tener su legado en este museo.”

En palabras de su director, el Munae abre sus puertas no sólo para exhibir obras, sino para escuchar voces que llegan desde la raíz de los pueblos, desde la memoria que no se escribe con tinta, sino con la fuerza del territorio, con la mirada de las mujeres que han sabido grabar la historia sobre la piel de México. “Cada trazo se vuelve una huella que dialoga con la tradición grafica del país. Cada imagen, una forma de resistencia, un gesto que enlaza pasado y presente. En estos muros se resguarda el legado de los grandes artistas nacionales e internacionales, pero hoy ese legado se expande, se transforma por medio de las grabadoras de historias”

Para ejemplificar que se presentan piezas vivas, mencionó la instalación a cargo de la agrupación Mazatecas por la Libertad que se llama Mujeres con rabia. “La gráfica siempre ha sido un medio de academia, pero también muy noble que ha permitido a comunidades ser parte como en su momento lo fue la gráfica del 68 o con el movimiento magisterial de 2006 en Oaxaca. La gráfica que realizan ahora las comunidades mazatecas te habla sobre la lucha del territorio”.

En cada pieza las creadoras narran su identidad desde la gráfica, relacionada con sus cosmovisiones, tradiciones comunitarias y el vínculo con su entorno natural y su biodiversidad.

La muestra contó con el apoyo de la Unidad Regional de Culturas Populares en Sonora, la Casa de la Cultura en Ciudad Obregón, el Festival Xepe an Coicoos en Punta Chueca, los talleres de gráfica La Troje en Cherán y el Centro Cultural Antiguo Colegio Jesuita en Pátzcuaro, Michoacán.

Asimismo, de la Imagen del Rinoceronte, Tigre Ediciones y La Trampa Gráfica en la Ciudad de México, El Zanate, en Oaxaca; El Rastro Gráfica, en Chiapa de Corzo; el Taller de la Casa de la Cultura Irma Arana, en Cajeme, Sonora, y la Cooperativa Artesanos Socaaix en Punta Chueca, municipio de Hermosillo.

La muestra Grabadoras de historias: Mujeres en la gráfica de los pueblos de México estará abierta al público hasta abril de 2026 en el Munae (avenida Hidalgo 39, Centro Histórico).

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