
Los pequeños dispositivos portátiles que registran los niveles de azúcar en sangre son cada vez más populares entre las personas preocupadas por su salud, pero pueden no ser especialmente precisos para las personas sin diabetes, según un nuevo estudio.
Muchas personas diabéticas utilizan monitores continuos de glucosa (MCG) -pequeños dispositivos que suelen colocarse en la parte posterior del brazo o en el abdomen- para controlar sus niveles de azúcar en sangre. Estos dispositivos envían datos en tiempo real a una aplicación móvil, lo que permite saber cómo aumentan o disminuyen los niveles de glucosa a lo largo del día.
Los MCG pueden ayudar a los diabéticos a ajustar sus dietas y niveles de actividad para mantener la glucemia dentro de unos límites saludables, pero no parecen ofrecer las mismas ventajas a las personas que no padecen diabetes.
Los investigadores analizaron los datos del MCG de 972 personas con diabetes, prediabetes -cuando la glucosa de una persona es elevada, pero no lo suficiente como para ser diagnosticada de diabetes de tipo 2- y niveles normales de azúcar en sangre. Los participantes llevaban un dispositivo conocido como Dexcom G6, que medía su nivel de azúcar en sangre cada cinco minutos durante un máximo de 10 días.
En el caso de los diabéticos, los datos de la MCG coincidían con los del análisis de sangre de referencia, pero eran mucho menos fiables en el caso de los prediabéticos y no guardaban relación alguna con los de las personas sin ningún tipo de diabetes, según el estudio.