
Las fuerzas israelíes intensificaron este martes su avance hacia el corazón de Gaza, aumentando el riesgo para miles de palestinos que permanecen en sus hogares con la esperanza de que la creciente presión internacional sobre Tel Aviv para un alto al fuego les permita no perderlo todo.
El comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, advirtió que las secuelas psicológicas en los niños y jóvenes son profundas, en medio de ansiedad, hambre y trauma que marcan su vida cotidiana.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ordenaron nuevamente a la población trasladarse al sur, pero muchas personas dudan ante la falta de seguridad y la hambruna generalizada.
“Nos trasladamos a la zona occidental, cerca de la playa, pero a muchas familias no les dio tiempo, los tanques los tomaron por sorpresa”, relató Thaer, de 35 años, padre de un niño en el suburbio de Tel al Hawa, donde los vehículos israelíes entraron y atraparon a la gente en sus casas. Varios tanques se estacionaron cerca del hospital Al Quds.
Estábamos durmiendo al cuidado de Dios, no había nada, no nos informaron, ni siquiera nos dieron una señal, fue una sorpresa”, dijo Sami Hajjaj. “Hay niños y mujeres, unas 200 personas quizá, entre seis y siete familias”.