
Era el final de la etapa, en una de las calles céntricas de la ciudad de Bilbao, en el País Vasco, cuando centenares de personas que portaban la bandera palestina y gritaban sin cesar “Israel genocida” y “Palestina libre” protestaron en el curso de la Vuelta ciclista a España, una de las tres carreras por etapas más prestigiosas del mundo.
Los organizadores decidieron neutralizar la parte final y dejar sin ganador la etapa, mientras que las manifestantes celebraron la acción para llamar la atención sobre la presencia del equipo de Israel en la carrera, pero sobre todo para denunciar el “genocidio” y la “limpieza étnica” que está perpetrando el Estado de Israel en la franja de Gaza.
Desde que se anunció la presencia del equipo Israel en la Vuelta ciclista se exigió que fueran apartados de la carrera como respuesta a la “política criminal” del gobierno de Benjamín Netanyahu, pero los responsables decidieron no hacerlo, de ahí que desde que se inició la competición, hace algo más de 15 días, se han registrado diversos actos de protesta, pero nunca antes como el de Bilbao, donde los manifestantes lograron incluso superar la valla de seguridad cuando pasaban a toda velocidad los vehículos de los equipos y los propios ciclistas.
Ante el caos inicial, desde la radio interna de la carrera se informó que los “tiempos de la general a 3 km de meta por seguridad. No habrá ganador de etapa. Habrá puntos de la montaña pero no de la clasificación por puntos”. Ese fue el mensaje que recibieron todos los equipos a sólo unos minutos del final de la undécima etapa, en la que tampoco hubo ceremonia de podio ni entrada por el arco de meta, ya que ahí era donde más gente se concentró con las banderas palestinas.
Ante las protestas, el equipo Israel tuvo que ser escoltado por la policía, que los trasladó rápidamente hasta su autobús para que abandonaran lo antes posible la zona. El director técnico de la Vuelta, Kiko García, explicó a los medios de comunicación que “hemos tomado la mejor decisión. Hice un sondeo con los equipos y así lo sentí, ahora lo único que quiero es respirar un poco.
La situación en principio seguirá existiendo salvo que el reglamento cambie. Nosotros, como organizadores, estamos obligados a pelear para que los corredores estén seguros y para que el espectáculo siga adelante. Al final tendrán (la Unión Ciclista Internacional) que valorar si se protege a una carrera internacional como La Vuelta o a un equipo. Nosotros sólo podemos hacer nuestro trabajo”.
A la presencia del equipo Israel, García señaló que su retirada de la carrera “no es un planteamiento oficial que yo sepa. Sabíamos que teníamos la posibilidad de anticiparnos al problema. Nosotros no podemos hacer otra cosa.
A la UCI no la hemos pedido directamente que echen al Israel, pero sí les hemos puesto en antecedentes mucho antes que todo esto. Nosotros nos debemos a un reglamento. ¿Quién puede echar al Maccabi de Tel Aviv de la Euroliga? ¿El Madrid? No, una federación Internacional”.