
Al menos 18 personas, incluidos cuatro menores, murieron en Kiev en uno de los mayores ataques aéreos rusos contra Ucrania, informaron el jueves autoridades locales y el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, quien acusó a Moscú de preferir “continuar matando” antes que negociar la paz.
El ataque afectó a zonas céntricas de la capital, y causó daños importantes en la representación de la Unión Europea (UE) y la oficina del British Council.
Los esfuerzos diplomáticos se aceleraron recientemente bajo el impulso del presidente estadounidense Donald Trump, pero no han arrojado resultados concretos, y Rusia más bien intensificó sus bombardeos contra Ucrania.
La mañana del jueves, los rescatistas y numerosos vecinos se afanaban en retirar escombros del centro de Kiev tras los ataques, constató un periodista de AFP.
Una bomba dejó un cráter humeante en un edificio residencial de cinco pisos que quedó partido en dos por el bombardeo.
Los socorristas sacaron de los escombros un cuerpo cubierto de polvo y vestido con pijama, y lo colocaron en una bolsa negra de plástico.