
México se encuentra en una posición geográfica estratégica al estar limitado por dos mares. Sin embargo, su ubicación también lo coloca en una región donde confluyen varias placas tectónicas. Esta condición lo hace susceptible a movimientos sísmicos y, a largo plazo, a la eventual separación de la Península de Baja California, un proceso que modificaría el mapa nacional.
Ningún territorio en el mundo ha permanecido inmóvil a lo largo de la historia. Los continentes se han desplazado y fragmentado durante millones de años.
La deformación de la Pangea y la creación de las tierras actuales son el mejor ejemplo de que la corteza terrestre está en constante transformación.
En el caso de Baja California, su suelo se desplaza hacia el noroeste debido al movimiento de las placas tectónicas.
Con el tiempo, este proceso podría generar que México quedara dividido en dos grandes porciones: una continental y una isla en el Océano Pacífico.
Actualmente, México tiene una superficie de 1 millón 964 mil 375 kilómetros cuadrados. De esa extensión, 1 millón 959 mil 248 corresponden a territorio continental.
La Península de Baja California ocupa 145 mil 359.4 kilómetros cuadrados.
Si llegara a separarse, la superficie continental de México se reduciría a 1 millón 813 mil 888.6 kilómetros cuadrados.
El Mar de Cortés también cambiaría su fisonomía, pues la franja costera de Sonora y parte del norte de Sinaloa quedaría directamente expuesta al Océano Pacífico.
De acuerdo con Thierry Calmus, experto en tectónica de la Estación Regional del Noroeste del Instituto de Geología, cuando los españoles llegaron a México, la península se encontraba 24 metros más al sur de su posición actual.
El desplazamiento promedio de la península con respecto al continente es de cuatro o cinco centímetros al año hacia el noroeste”, explicó el especialista.
Aunque el proceso es real y constante, no ocurrirá en el corto ni en el mediano plazo.
Según cálculos científicos, en un millón de años la península se habrá desplazado alrededor de 40 kilómetros.
Esto confirma que la separación es un escenario posible, pero muy lejano en el tiempo.