
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha planteado públicamente una propuesta de alto al fuego inmediato en Ucrania bajo dos condiciones clave: que el gobierno ucraniano abandone formalmente su aspiración de unirse a la OTAN y que retire completamente sus fuerzas de cuatro regiones ocupadas por Rusia: Donetsk, Luhansk, Jersón y Zaporiyia. Según el líder ruso, estas medidas son “indispensables” para poner fin a la guerra que ya lleva más de tres años y medio.
“Las condiciones para iniciar un diálogo son simples”, afirmó Putin en una declaración oficial. El mandatario ruso afirmó que Kiev debe aceptar la soberanía rusa sobre las cuatro regiones mencionadas y retirarse de “la totalidad de sus fronteras administrativas”, es decir, el territorio completo de las provincias, incluso aquellas partes aún bajo control ucraniano. Además, exigió una renuncia explícita a cualquier futura integración en la OTAN.
Putin sostuvo que, una vez cumplidas ambas condiciones, Rusia “seguirá inmediatamente una orden de alto al fuego” y estará dispuesto a entablar negociaciones con Ucrania. La propuesta busca posicionar a Moscú como un actor dispuesto a dialogar, aunque impone condiciones ampliamente rechazadas por Kiev y la comunidad internacional, especialmente en lo referente a la pérdida territorial.
El gobierno ucraniano, por su parte, ha reiterado que su integridad territorial no es negociable y que la adhesión a la OTAN sigue siendo un objetivo estratégico. El presidente Volodímir Zelenski ha acusado a Rusia de continuar con ataques deliberados a infraestructuras civiles, incluso mientras se habla de posibles avances diplomáticos.