
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, firmó el domingo un decreto por el que Ucrania se retira de la Convención de Ottawa sobre la prohibición de las minas antipersona.
El tratado de 1997, al que se adhirieron más de 160 países, prohíbe el uso, producción, almacenamiento y transferencia de estas armas, cuya vida útil puede prolongarse durante décadas, causando daños y víctimas incluso décadas después de que finalice un conflicto. Según Zelenski, no existen “alternativas para la Defensa” con respecto a las minas, las cuales describe como “características de los asesinos rusos: destruir la vida por todos los métodos a su alcance”. Ahora Ucrania también podrá emplearlas sin violar el derecho internacional.
“Rusia nunca ha formado parte de esta convención y utiliza las minas antipersona de forma extremadamente cínica”, afirmó ayer Zelenski. “Al dar este paso político, estamos enviando una señal a todos nuestros socios sobre en qué centrarnos. Esto se aplica a todos los países a lo largo del perímetro de las fronteras de Rusia”.
La decisión aún requiere de la aprobación parlamentaria. Pero en la coyuntura actual esto es un mero trámite para el Ejecutivo: Servidor del Pueblo, el partido político del presidente, tiene una mayoría absoluta de 231 diputados en una cámara -la Rada Suprema- de 450 parlamentarios.
Las últimas elecciones presidenciales en Ucrania se celebraron en 2019, y los nuevos comicios debían haberse celebrado en torno a la primavera de 2024. Sin embargo, la ley marcial del país está vigente desde la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, y esta no permite la convocatoria electoral bajo su vigencia. Esta ley se ha prorrogado en intervalos de 90 días; Ucrania lleva su decimoquinta prórroga, válida hasta el 9 de agosto de 2025.