
Con una guerra comercial en ciernes, el presidente Trump le cedió a regañadientes una señal de respeto a la presidenta mexicana: “Eres dura”, le dijo en una llamada telefónica el mes pasado, según cuatro personas con conocimiento del intercambio.
En su conversación más reciente, los dos líderes intercambiaron cumplidos y negociaron un aplazamiento de algunos aranceles en tiempo real, dijeron las personas con conocimiento de la llamada.
Últimamente, Trump se ha deshecho en elogios a Sheinbaum, incluso mientras fustigaba a líderes mundiales más experimentados. La ha calificado de “mujer maravillosa” con la que tiene una relación “muy buena”.
Su presencia serena y los resultados que ha obtenido en materia de migración y fentanilo parecen haberle granjeado su respeto, según afirman funcionarios de ambos países, y han impresionado a miembros clave de su gobierno, como el subdirector de Gabinetes de Políticas, Stephen Miller, quien supervisa la política interior y es asesor de seguridad nacional.
Su buena relación con el presidente estadounidense ha resultado favorecida en parte por el contraste con la relación mucho más contenciosa de Trump con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, quien dejará el cargo el viernes.