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El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió el martes a Hamás de que Israel pondría fin al alto el fuego en Gaza si los rehenes en poder de Hamás no eran devueltos el sábado como estaba previsto. “Si Hamás no devuelve a nuestros rehenes antes del mediodía del sábado, el alto el fuego terminará y las FDI volverán a los intensos combates hasta la victoria final sobre Hamás”, declaró Netanyahu.
Añadió que había ordenado a las tropas israelíes que se acumularan dentro y alrededor de Gaza en respuesta al anuncio de Hamás de que pospondría la liberación de los rehenes hasta nuevo aviso. Hamás dijo el lunes que pospondría la liberación de tres rehenes israelíes prevista para el sábado, alegando que Israel había violado los términos de un frágil acuerdo de alto el fuego entre ambos.
En respuesta a los comentarios de Netanyahu, Hamás dijo que estaba comprometido con el acuerdo de alto el fuego y que Israel era responsable de “cualquier complicación y retraso”. El grupo militante ha acusado a Israel de violar partes del acuerdo de tres semanas de antigüedad, como impedir la entrada de ayuda humanitaria crítica en la Franja de Gaza. Israel ha negado reiteradamente que esté poniendo en peligro la tregua.
Los comentarios del dirigente israelí se producen después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, afirmara que el acuerdo de alto el fuego debía cancelarse si Hamás no devolvía a los rehenes. “Si no están aquí, se desatará un infierno”, afirmó Trump, que también explicó que temía que muchos de los rehenes que constan en la lista de supervivientes para ser liberados en realidad ya estuvieran muertos. Sus comentarios han envalentonado aparentemente a Netanyahu, que declaró tras una reunión de cuatro horas con su gabinete de seguridad el martes que “acogía con satisfacción la exigencia del presidente Trump”.
No está claro si el ultimátum de Netanyahu se refiere a los 76 rehenes restantes en la Franja de Gaza o solo a los tres que estaba previsto liberar durante el fin de semana. El propio Netanyahu no lo aclaró, sin embargo, la ministra de Transporte de Israel y miembro del gabinete de guerra, Miri Regev, publicó en X que: “Hemos tomado una decisión muy clara: Nos adherimos a la declaración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la liberación de los rehenes: ¡el sábado todos serán liberados!”.
La ruptura de las negociaciones se produce cuando Trump sugirió la semana pasada que los dos millones de palestinos de la Franja de Gaza debían ser reubicados y que Estados Unidos debía asumir la “propiedad” del territorio. Los gobiernos del mundo árabe y de otros países rechazaron su idea, y los propios funcionarios de Trump trataron de dar marcha atrás en partes de su propuesta.
Hamás calificó los comentarios de Trump de “racistas” y dijo que “constituyen un llamamiento a la limpieza étnica”. Naciones Unidas advirtió de que el plan de Trump podría constituir una violación del derecho internacional. Hamás se comprometió a liberar a 33 rehenes que capturó durante su ataque del 7 de octubre contra Israel como parte de la primera fase de un acuerdo de alto el fuego en tres partes. A cambio, se liberaría a casi 2.000 prisioneros palestinos.
Las partes han realizado cinco canjes de este tipo desde el 19 de enero, fecha en que entró en vigor el alto el fuego. La guerra podría reanudarse a principios de marzo si no se llega a un acuerdo sobre los términos más complejos y controvertidos de la segunda fase del alto el fuego. Mientras tanto, Israel ha permitido que miles de palestinos desplazados regresen a Gaza, lo que supone un nuevo reto para su capacidad de desplazar tropas terrestres por el territorio en caso de que se reanude la guerra.
