Los insurgentes que tomaron este domingo el control de Damasco anunciaron un toque de queda en la capital siria de 13 horas. Sin embargo, la gente se mantenía en las calles, celebrando el fin de décadas de mano dura de Bashar al-Assad. Al interior de la residencia de Al-Assad y el palacio presidencial se reportaban saqueos.
“El Mando de Operaciones Militares anuncia el toque de queda en la ciudad de Damasco a partir de las 4 de la tarde y hasta las 5 de la madrugada”, según un escueto comunicado de los rebeldes, que no detalló cuándo entra en vigor ni hasta cuándo durará.
Se trata de una de las primeras medidas tomadas por los rebeldes en la capital, después de que pidieran respeto por la propiedad pública y privada, así como no disparar.
Pese al toque de queda, miles de personas salieron a las calles de la gran mayoría de las provincias de Siria, y también de Damasco, a celebrar la caída de Al-Assad, que se aferró al poder durante 24 años.