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La manzana es una de las frutas más reconocidas y consumidas globalmente. Su historia abarca miles de años y ha sido un ícono de salud y bienestar en varias civilizaciones. Aunque su origen exacto sigue siendo incierto, se considera que proviene de Kazajistán, en el este de Asia, donde se ha cultivado desde tiempos antiguos.
Este fruto pertenece al género Malus y se cultiva en múltiples regiones, gracias a su versatilidad en distintos climas y tipos de suelo.
En la actualidad, China lidera la producción de manzanas, seguida de Estados Unidos, mientras que México ocupa el vigésimo lugar a nivel mundial. Los estados mexicanos con mayor producción son Chihuahua, Durango, Coahuila y Puebla.
La recolección de manzanas ocurre entre diciembre y mayo, siendo agosto, septiembre y octubre los meses de mayor actividad.
De acuerdo con el Poder del Consumidor, la manzana posee varios beneficios. Entre sus componentes se destaca la pectina, una fibra soluble que ayuda a reducir el colesterol y a mejorar el control de la glucosa en sangre, contribuyendo así a la prevención de enfermedades como la diabetes y problemas cardiovasculares. Además, también combate el estreñimiento y promueve una flora intestinal equilibrada, lo que puede prevenir diversas enfermedades.
La fibra presente en la manzana también se relaciona con la disminución del riesgo de cáncer de colon, ya que contribuye a la protección del revestimiento mucoso del colon, minimizando el contacto con sustancias tóxicas.
Otro componente importante es la histidina, que actúa como vasodilatador y puede beneficiar a personas con hipertensión.
El potasio en la manzana es otro elemento clave, ya que ayuda a regular la presión arterial y el ritmo cardíaco, además de tener un efecto positivo en la anemia. También se encuentra quercetina, un antioxidante que tiene propiedades antihipertensivas y que protege el sistema cardiovascular, al tiempo que se ha asociado con la reducción del riesgo de cataratas.
