REPORTERO1 
La Opinión de Benjamín Carrera. . . ¿Cuánto tiempo necesitaría Usted para planear el presupuesto anual de su casa, de su negocio? Replanteando la pregunta, ¿Cuánto tiempo cree que merece ser analizado ese presupuesto, si va a ser ejercido por alguien más a quien se le ha delegado esta enorme responsabilidad?
En esta ocasión no hablaré del presupuesto familiar, sino del presupuesto proyectado para ejercer, gastar, vaya, el recurso de todas y todos los chihuahuenses, que son los que le dan ingresos al gobierno para que tengan en un caso ideal, recursos para invertir en la población.
Es por esto que el asunto se va tornando más serio, si tomamos en cuenta que, en el caso del gasto del dinero ajeno, debería haber un análisis pleno, profundo y sobre todo, sin prisas que permita realizar comparaciones y haya la apertura necesaria como para plantear alternativas a conciencia de las variables que en este proceso intervienen.
Desafortunadamente, aún existen legisladores que no entienden que una de sus principales funciones es la fiscalización, lo que se entiende como el proceso que debemos llevar a cabo en este caso como diputadas y diputados para revisar a detalle que los objetivos que se plantean a través de la administración pública y por medio del presupuesto de egresos, sean coherentes con las metas de recaudación, además de que, dichos objetivos deben alinearse analizando a la par los beneficios económicos y en su caso la deuda a contraer, haciendo para ello las adecuaciones programáticas necesarias.
A pesar de ello, actualmente opera la aplanadora de la mayoría prianista a la que se une el partido naranja, y muy seguros de su actuar comprometido no con las y los ciudadanos, sino con quien encabeza al gobierno del estado, se perfilan para hacer grandes dispendios que dejan como último beneficios directos e inversión en obra pública. Con nuestros recursos, se pretende ampliar de manera insultante, el presupuesto, por ejemplo, de gasto en telefonía celular, o el aumento de un 172% en viáticos… o la suma de casi mil millones de pago por compensaciones para el personal burócrata, por mencionar solo una pequeñísima muestra.
El gobierno del estado se llena la boca de orgullo al presumir un gran presupuesto, que como ya decía anteriormente, no es resultado de méritos propios, ni de remanentes de recursos obtenidos a través de la austeridad -sigue pendiente por cierto la legislación propuesta en esa materia- ni de un mejor ejercicio de los recursos. No. Para este 2024 el gobierno estatal gastará más porque recaudará más. Si lo duda, basta hacer una revisión a las leyes de ingresos que se proyectan para los municipios, así como los aumentos que se prevén. Eso sí, lo que se quiere esconder como el secreto mejor guardado, es el aumento en las participaciones federales que Chihuahua SÍ recibirá.
Pareciera que, lejos de la democracia, el PRIAN ejerce una dictadura a través de la mayoría, no solo en cuestión de presupuesto, sino en general de la administración del estado, en la que lejos quedaron aquellos diciembres en los que se analizaba el presupuesto al menos, un poco más detenidamente. Ahora, la eficiencia se confunde con una mordaza, y el presupuesto queda a merced de unos pocos a quienes les urge tiempo, pero tiempo libre.
