Ciudad de México.- A sus 16 años, Greta Thunberg tomó una cartulina de opalina blanca y pintó sobre ella, con tinta negra, la leyenda ‘Skolstrejk for Klimatet’, que en español quiere decir ‘Huelga escolar por el clima’.
Después, fue a sentarse frente al parlamento sueco con la esperanza de que su voz fuera escuchada.
Con ese gesto se convirtió en la sensación del activismo juvenil, con convicción y sin buscar la fama.
En Yo Soy Greta Thunberg, el documental que se estrenó este jueves en cines mexicanos, el cineasta Nathan Grossman recoge los aspectos más relevantes e inesperados de lo que ha sido la aventura para Greta Thunberg, la joven que en enero próximo cumple 18 años.
“Recuerdo que cuando comenzamos a pensar en el documental, ella no estaba segura de hacerlo, porque no sabía la dirección que tomaríamos. Desde el principio, me dijo que no quería realizar un proyecto para hacerse famosa, sino para compartir su mensaje. Me sorprendió y se lo garanticé”, respondió Grossman.
“Habrá quien piensa que la fama te eleva la autoestima y te hace pensar en cumplir con intereses propios. Yo lo que quiero es que mi mensaje se escuche y me interesa que vean este documental los políticos, los líderes, la gente que toma decisiones para que piensen cómo beneficiar al planeta y no lo perjudiquen”, añadió Thunberg.
Ambos presentaron esta producción en los festivales de cine de Toronto y Venecia, y fueron elogiados por el tino de sus discursos y la efectividad del mensaje.
Greta, hija de una cantante de ópera y de un actor, dijo que padeció depresión desde los 10 años, cuando vio documentales sobre cómo el cambio climático ha destruido paulatinamente a la Tierra,
Además, la oriunda de Estocolmo fue diagnosticada con Síndrome de Asperger, mutismo parcial y desorden compulsivo-obsesivo.
“No quiero ser famosa, quiere ser escuchada y que quienes tengan que hacer algo, lo hagan”, dijo ella.
Unas veces muy elocuente, y otras evasiva, la hoy líder del sector juvenil de los activistas ha estado en conversaciones con el ex Presidente de EU Barack Obama, el actor Leonardo DiCaprio y el ambientalista David Attenborough.
En cambio, ha sido criticada por presidentes como Vladimir Putin, Jair Bolsonaro, Donald Trump y Scott Morrison.
La Canciller de Alemania, Angela Merkel, la ha apoyado, pero también ha desconfiado de muchos de sus discursos.
“No me gusta que me vean como una marca, tampoco me interesa que piensen que soy un sinónimo de compra y venta de discursos. Mi misión es clara y contundente, quiero que el mundo sepa que somos indiferentes ante la destrucción de los recursos naturales y que hacemos cosas que lo dañan sin pensarlo”, recalcó la joven.
“Greta tiene sus puntos de vista y sus objetivos claros, y mi misión era poder ofrecer un atisbo de lo que es su universo hoy en día”, agregó el director. “Encuentro que tiene detractores al por mayor, pero, también, personas que la apoyan y creen en su convicción, en su testarudez, en su deseo de hacer algo por mejorar a este mundo tan caótico”.
Al ver lo que hace y cómo lo hace en su documental, Greta demuestra que, incluso con su férrea tarea social, sigue teniendo arranques de adolescente o discursos de una adulta comprometida, según el momento.
Pero no por nada fue considerada como una de las 100 personalidades más influyentes por la Revista Time el año pasado o postulada para recibir el Nobel de la Paz.